FOBIA A VOLAR
LIC. NORAH MICHELLI
Viajar en avión se ha convertido en un recurso imprescindible en la vida moderna. La globalización hace que las personas deban visitar oficinas en otras partes del mundo, y la economía empuja a muchos a emigrar, poniendo distancia entre ellos y sus seres queridos.
Volar se ha vuelto un recurso muy eficiente para acortar distancias y mundos.
Viajar en avión se ha convertido en un recurso imprescindible en la vida moderna. La globalización hace que las personas deban visitar oficinas en otras partes del mundo, y la economía empuja a muchos a emigrar, poniendo distancia entre ellos y sus seres queridos.
Volar se ha vuelto un recurso muy eficiente para acortar distancias y mundos.
Volar es una de las formas más seguras de viajar. Así lo prueba un estudio realizado por el Dr. Arnold Barnett, profesor de estadísticas del M.I.T. (Instituto Tecnológico de Massachusetts), según el cual la probabilidad de morir en un accidente aéreo es de ¡1 en 90 millones! Barnett comenzó a estudiar las estadísticas de los accidentes aéreos debido a su propia fobia a volar. Llegó a conclusiones muy interesantes que hechan por tierra mitos como que en un accidente aéreo no hay víctimas y también descubrió que los medios de comunicación otorgan un espacio muchísimo mayor de publicación a los accidentes aéreos que a otras causas mucho más frecuentes de muerte como el sida, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, etc. De esta manera, se crean ideas distorsionadas de la realidad.
Asimismo, la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de los Estados Unidos de Norte América, registró para 2012, 35.531 víctimas fatales en accidentes de transporte, de las cuales 33.561 correspondieron a accidentes en carreteras y sólo 449 a la aviación.
Sin embargo, 1 de cada 10 personas tiene miedo a volar y ni siquiera lo intentan y 20% lo hace pero con mucho malestar.
No todos temen lo mismo. Hay quienes temen estar encerrados, otros perder el control, y muchos creen que una simple turbulencia puede hacer que el avión se rompa y caiga y morir. Otros sufren ansiedad anticipatoria, es decir, piensan en el viaje y sufren pero una vez que están arriba del avión, el malestar pasa.
Pocos saben que nunca en la historia de la aviación comercial ha caído un avión por turbulencia. Esa idea irracional e ilógica y muchas otras son las que deben repensarse en un contexto terapéutico para poder liberarse de este trastorno.
La buena noticia es que los trastornos de ansiedad, entre los que se incluyen las fobias específicas, tienen buen pronóstico. A través de un tratamiento cognitivo conductual breve se puede superar esta ansiedad.
En Fobia Club, brindamos un tratamiento de 6 a 8 sesiones, en el que incluimos:
· Psicoeducación: Damos información sobre cuestiones básicas de la aeronavegación y de los trastornos de ansiedad. El desconocimiento crea mucha ansiedad. Saber alivia y devuelve el control perdido.
· Reestructuración cognitiva: Detectamos aquellas creencias que disparan la ansiedad y las desafiamos con lógica y datos. Enseñamos a pensar el tema de otra manera para que podamos vivirlo con tranquilidad.
· Técnicas de relajación: Aprender a autorregular nuestras emociones es fundamental para poder reducir la ansiedad y manejar cualquier temor que pudiera surgir. Se aplican técnicas de respiración abdominal y relajación muscular.
· Exposición: la exposición se realiza a través de visitas a aeropuertos y aviones en tierra. Hablamos con pilotos, mecánicos, tripulantes. La exposición ayuda a habituarse al objeto fóbico y así desensibilizarse.
· Medicación: En algunos casos, el tratamiento farmacológico podría resultar de ayuda, pero será administrado de acuerdo a cada caso. En la Fundación, contamos con médicos psiquiatras que podrán evaluar al paciente y determinar si es necesario indicarlo.
· Vuelos terapéuticos grupales o individuales: Viajar con un terapeuta genera un contexto de tranquilidad que ayuda a exponerse por primera vez. Sin embargo, a veces, debido a circunstancias personales, el primer vuelo se hace con amigos o familiares y hay quienes simplemente ya se animan a volar solos.
Una vez que se ha vivido una primera experiencia volando, luego del tratamiento, el hecho de haberlo hecho sin temor, anima a seguir volando y entonces cada vez se vuela con mayor comodidad. Recuperar el placer de volar y poder alcanzar los fines deseados, como visitar familiares, ir de vacaciones con amigos, avanzar laboralmente, etc., ayudan a seguir exponiéndose y así superar completamente esta fobia.
Volar no es especialmente peligroso. Es una actividad humana como cualquier otra, con los riesgos de cualquier otra que realicemos a diario.
La fobia a volar es un problema que tiene solución. Es fácil de superar y se puede lograr en poco tiempo.
LIC. NORAH MICHELLI