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Pacheco de Melo 1827, P.5º

C.A.B.A. | Argentina

Testimonio. No dejes pasar tu vida, sin ser Protagonista

No dejes pasar tu vida, sin ser Protagonista

A los 16 y 17 años cursaba mis últimos años del colegio secundario. Como rasgo de personalidad, todos tenemos una cuota de timidez en alguna situación como por ejemplo hablar en público. Algunos somos más introvertidos y otros más bien extrovertidos.

Me costaba hablar o responder ante mis compañeros en tono elevado de voz por temor a la equivocación mientras manifestaba síntomas de ruborizaciòn. Notaba por aquel entonces que algo no estaba bien y deseaba expresarme con más soltura y sin prejuicios. Pasó el tiempo y comencé mi cursada universitaria en donde lo nuevo y desconocido acentuaba mis temores.

Lentamente mis síntomas se transformaron en sudoración en axilas y luego se extendió hacia mi rostro. Esto ocurría irracionalmente (sin explicación ni motivo alguno), a veces sí y a veces no dependiendo el grado de vergüenza que me generaba el contacto con alguien y la presencia de terceros. Uno siente que sus palabras, pensamientos y movimientos están siendo evaluados por los demás y que sus síntomas son visualizados y juzgados, empeorando aún más el cuadro.

Ante estos pensamientos negativos, uno comienza a aislarse socialmente y huir de estas situaciones porque no desea mostrar defectos.

Aproximadamente a los 21 años mi madre estaba al tanto de mi realidad y me dio a conocer una charla explicativa que en un programa de TV presentaba el Licenciado Gustavo Bustamante sobre trastornos de ansiedad y fobias.

Luego concurrí a una charla pública informativa para aprender más sobre ello sabiendo que yo padecía de estos problemas. Con micrófono en mano, impuesto por el Licenciado Gustavo, brindé mi testimonio a los muchos oyentes presentes en la sala y resultó que me sentí muy cómodo y relajado.


Posteriormente asistí a mi primer consulta con Bustamante quién me proporcionó un panorama muy certero sobre el problema. Fue así que me convencí de que debía comenzar el tratamiento en el año 2001.

Durante 9 años consulté y realicé tratamientos de corto plazo con profesionales de la psiquiatría recibiendo medicación sin análisis previos, y sin resultados favorables (ejemplo: yo “tengo este problema doctor”, profesional “bueno, tomà esto y venì a verme en un tiempo”). Me cansaba y suspendía todo.

A los 30 años se presentaron con más frecuencia los síntomas de sudoración. Comencé a evitar muchas situaciones aislándome dentro de mi casa hasta el punto de huir de una cena de amigos apenas entrado al restaurante (mi rostro era una catarata). Cuando estos problemas afectan el curso de una vida normal ya es serio, por eso decidí que era el momento de recurrir a la Fundación Fobia Club.

Si bien mi problema fue diagnosticado como leve, fue muy importante para mí reconocerlo, aceptarlo y tratarlo.

Hoy me arrepiento haber empezado el tratamiento 10 años después de reconocido el trastorno porque hubiera podido disfrutar de la vida de diferente forma. También encuentro respuestas para muchas preguntas sobre mi actualidad, por ejemplo, nunca tuve novia (evitación).

En abril de este 2010 tomé la decisión por mí mismo con el apoyo de mis familiares de iniciar el cambio. El cambio de pensamientos negativos por positivos es fundamental y en la Fundación aprendès a utilizar las armas que todos tenemos para enfrentar las situaciones que nos perturban.
Me siento muy bien


Entonces:
– No dejes pasar tu vida sin ser el protagonista.
– Sé racional para reconocer que tenès un problema, eso es un alto porcentaje de solución (“no estoy bien”, “me estoy aislando”, “ya no salgo a ningún lado”, “algo está mal”).
– No pierdas demasiado tiempo ya que la vida es corta (los años se van y nunca más vuelven).
– Comenzà el cambio y entenderás el abismo de diferencia que existe entre sentirse bien y sentirse mal y sólo.
– Realizà las actividades que te gusta hacer (yo recuperé mis clases de inglés después de 12 años por haber sudado en demasía frente a mi profesora y compañeros sin mencionar que amo ese idioma y que ella me decía “que buena pronunciación tenès”; no falto a mis clases de pintura artística que es parte de mi vida; etc.)
– Todo esto te mantendrá vivo y activo frente a la vida. La pasividad se la dejamos a las plantas para que vean cómo nosotros disfrutamos del presente.
– El cambio está a tu alcance, ADOPTALO!!!

Testimonio de Gisela, ansiedad social

Testimonio de Gisela

Soy Gisela, tuve ansiedad social desde los 12. Al iniciar el secundario distintos hechos sociales comenzaron a resultarme insoportables, como hablar delante de un grupo de gente, hacer compras, hacer trámites, asistir a reuniones de amigos o familiares, preguntar algo en la calle, hablar con desconocidos, hasta entrar o estar en lugares con gente porque sentía la mirada de todos encima mío.

Mi vida social se empobrecía cada día y la desilusión incrementaba con los años porque intenté más allá de los síntomas (dolores de estómago, mareos, al tener que hablar sentía sequedad en la boca, me quedaba en blanco, inquietud y sensación de ahogo) incluirme y probar relacionarme con la gente pero todo resultaba peor, se acentuaban pensamientos como no soy interesante, soy aburrida, no encajo con nadie, soy diferente, no voy a poder cambiar nunca.

Terminé el secundario y creí que empezar la facultad iba a ser diferente pero no fue así. Cada vez me costaba mas asistir a clases, salir a la calle y la angustia pudo más. En noviembre del 2002 algo muy dentro mío dijo basta y me encerré, quedé atrapada en una profunda depresión por unos cuantos meses. Empecé terapia, fui saliendo del estado de angustia pero no mejoraba en lo que me habían diagnosticado: fobia social.

Al cabo de 2 años abandoné pero mi familia al verme mal me sugirió ir al Fobia Club, así que fuimos a la charla y escuché exactamente la descripción de lo que me estaba pasando.

Tuve una primera entrevista con el Lic. Bustamante, comencé una batería de estudios y por último la consulta con el Dr. Carrión quien me indicó la medicación y el paso a seguir: el grupo de TAS.

Si bien la idea de ingresar al grupo me resultó intimidante, ya lo había decidido, iba a salir adelante por mi y por mi familia, así que empecé el grupo de los martes

Me encontré con chicos de mi edad con los que inmediatamente me sentí identificada, comprendida y apoyada. Realizamos actividades que nos enfrentan gradualmente situaciones ansiógenas que me permitieron modificar ciertos pensamientos negativos y poder elevar mi autoestima.

También las exposiciones in vivo, me sirvieron para probar habilidades sociales como sortear con el absurdo o el ridículo como también el rechazo. De a poco fui descubriendo en mi cualidades que pensé que no tenía y recuperé manejos sociales que creía perdidos. En la actualidad, mis objetivos se cumplieron, logré una mayor independencia, puedo manejar mis cosas y no necesito que nadie las haga por mi, retomé mis estudios, tengo proyectos y sobre todo recuperé las ganas de vivir.

Todo lo logrado no hubiese sido posible sin mi querido grupo de los martes, mis compañeros me han ayudado a valorar mis logros cuando me costaba reconocerlos y así seguir adelante, me han hecho sentir respetada y acompañada en este camino de desafíos y recuperación. También necesito agradecerle a Valeria su calidez, firmeza y compromiso porque me ha guiado, me ha contenido y me ha hecho sentir segura a pesar de mi ansiedad, pude cumplir con lo que se pedía porque sabía que ella estaba ahí cerca. Pasé por diferentes etapas durante el tratamiento pero nunca me sentí sola ya que fueron un gran soporte, además de Valeria y el grupo, el lic. Bustamante y la lic. Maria quienes han estado en distintos de mis momentos.

Realmente, hoy me siento confiada y fuerte para poder enfrentar la vida de otra manera, no le temo a las dificultades ni a los síntomas de ansiedad aunque aparezcan cada tanto o sigan ahí algunos, porque ya no soy la misma, la que no encontraba salida y se sentía a la deriva, porque además de la seguridad que me da mi mejoría, ciertamente se que la gente del Fobia esta ahí para cuando necesito una palabra de apoyo, un reto o un gesto de cariño. Deseo profundamente que quienes padecen este trastorno no dejen que la ansiedad paralice sus vidas porque puedo asegurar que de esto se sale con paciencia, constancia, esfuerzo y la guía de gente que sabe lo que hace. No hay que dejarse estar, la felicidad esta en nuestras manos y merecemos una vida plena.

Mayo de 2006

Testimonio. Yo soy paciente TOC

Yo soy paciente TOC

Recuerdo cuando llegué, hace 5 meses, estaba desesperada. Mi depresión era tal que ya no le encontraba sentido a la vida. No tenía ganas de vivir, por lo menos de ese modo. La verdad tengo que decir que la gente del FOBIA CLUB me salvó la vida, de lo contrario no sé que hubiera sido de mí.

En ese entonces cuando llegué, no disfrutaba absolutamente de nada, todo me lo prohibía (mi mente). Me la pasaba horas lavándome las manos que continuamente sentía contaminadas (con todo tipo de productos abrasivos), bañándome muchas veces, evitando lugares determinados de mi casa que no podía tocar, tirando cosas que se me caían al suelo, abriendo y cerrando la puerta de mi casa muchísimas veces, yendo y viniendo de un lado a otro otras tantas, sacando y volviendo a guardar los artículos en las góndolas de los supermercados, no pudiendo tocar ni carne ni pollo crudo, y una lista infinita de cosas que ya, los que padecen este mal, se pueden imaginar. Y así me la pasaba haciendo diferentes rituales perdiendo tiempo de mi vida, nada más ni nada menos que 33 años.

Los grupos me ayudaron muchísimo. Poder hablar de algo que NUNCA hablé con nadie y encontrarme con otras personas que sufrían lo mismo que yo.

No tengo palabras para agradecer lo que el FOBIA CLUB ha hecho por mí. Este equipo tan maravilloso de personas me ha brindado todo su apoyo y cariño desde que llegué.Mi vida cambió completamente, ahora puedo sonreír, disfrutar, concentrarme, leer, razonar, escribir, tocar, levantar cosas del suelo, caminar por donde me plazca, cocinar pollo, hacer todo lo que me gusta realmente y un montón de cosas que antes ni soñaba poder realizar.

Me siento libre! Puedo vivir!!

MUCHAS GRACIAS!!! LOS QUIERO

Testimonio. Celos obsesivos. Héctor

Testimonio. Celos obsesivos.  Héctor

Hace ya 22 años que estoy casado, con la inmensa alegría que tengo una mujer hermosa, que me ha hecho sentir bien, que me dió tres hijos de los cuales me siento orgulloso de lo que me dan día a día.

Pero no recuerdo bien, pero para dar una fecha diría que hace unos diez años atrás empecé a sentir, no sé si en realidad celos o algún trastorno psicológico compulsivo que me hacían pensar que en cualquier momento, podía perder a mi esposa. Pero no porque la perdía por un accidente o algo así, sino porque ella se iría con otra persona. Yo trabajo en el campo y casi todos los días la llamaba y sí el teléfono daba ocupado o ella no me atendía aparecían los pensamientos negativos, con quién estaría hablando o donde habría ido.

Si volvía a casa y no la encontraba, me imaginaba que no volvería y eso me angustiaba y cuando ella llegaba, tal vez no la recibía como debía ser; aunque siempre trataba de disimular pero por dentro tenía mucha angustia.

Cuando ella iba a alguna reunión de colegio o a cualquier otra y me contaba de que  charlaba con algún hombre a mí no me gustaba, y si ponderaba a alguien por algún motivo yo quería que nunca más lo viera, porque para mí se podía ir con él
Siempre pensé contar mis pensamientos pero nunca me animaba porque en realidad no había ningún motivo, pensé en ver un psicólogo pero no lo hice.

Hasta que mi esposa sufrió pánico y yo la entusiasmé para que ella consultara a un especialista y por suerte apareció el Fobia Club con todo su equipo, y a medida que acompañaba a mi esposa a las terapias, fui animándome y lo dí a conocer y por supuesto quién primero que ella no? y Gracias a Dios ahí estuvo la persona ideal para darme el puntapié inicial, hablé con el Dr.

Bustamante y desde ahí empezó a cambiar mi vida que hicieron en mí un cambio total, hoy puedo decir que me saqué casi en un 100 por 100 mis trastornos ilógicos e infundados y si algo sucediera se que tengo a donde recurrir.

Mucho tiempo los sufrí, pero por suerte encontré en mi familia la comprensión y ayuda que necesitaba, como así lo tuvo mi esposa.

Base fundamental para alguien que sufre pánico, fobia o algún trastorno psicológico, tener el apoyo de la pareja, de la madre, hermano o de alguien que esté al lado de quién lo sufre, eso ayuda mucho a animarlo para tratar un problema angustiante, pero que tiene cura.

Héctor

T.O.C (Transtorno Obsesivo Compulsivo), la epidemia oculta

T.O.C (Transtorno Obsesivo Compulsivo), la epidemia oculta

Este tipo de trastorno, puede presentarse en la niñez y generalmente lo hace en la adolescencia. El paciente comienza a tener conductas e ideas que son extrañas. Y que el se da cuenta de que son absurdas e irracionales, pero no puede detenerlas: obsesiones. Por ej: lavarse las manos con excesivas frecuencia sin poder dejar de hacerlo. Se baña a veces varias veces por día o resulta excesivamente ordenado con la ropa a la que debe acomodar de una forma determinada.

Las variantes y acciones pueden ser miles y resulta imposible describirlas a todas, pero en general tienen una característica común. Son ideas, pensamientos o compulsión de realizar acciones determinadas que se imponen al sujeto quién, a pesar de reconocerlas como ilógicas o absurdas no puede evitar de llevarlas a cabo, ya que de otra forma se apodera de él una sensación de angustia con temor de que algo malo va a ocurrir.

De esta forma el sujeto perderá horas lavándose o bañándose, tocará determinado número de veces los botones del televisor, cambiará de emisora varias veces, evitará tocar picaportes u objetos considerados sucios, se vestirá de una manera determinada o recorrerá un camino similar cientos de veces.

Tendrá pensamientos repetitivos, absurdos y parásitos que se presenten sin desearlo de manera recurrente.
En otros casos el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo: El sujeto ve una tijera, o vidrio rotos y teme sufrir el impulso de clavárselo a un ser querido. Siente la compulsión de robar un objeto, de realizar un acto cualquiera, dar un beso, orinar en determinado sitio o realizar una maniobra absurda o golpear a una embarazada.

Este cuadro, denominado trastorno obsesivo compulsivo afecta a un número importantísimo de personas que generalmente lo sufren en silencio. No interesa el nivel cultural ya que hemos visto muchos profesionales que lo sufren. Es así muy común ver pacientes sufriendo este trastorno obsesivo compulsivo, algo más frecuente en los hombres, aislados socialmente.
El cuadro tiende a cronificarse determinando después de algunos años episodios depresivos secundarios generalmente severos y con alto riesgo de suicidio.

Una «epidemia oculta» como fue denominada ya que llega a afectar al 2,5% de la población ; es decir 1 de cada 50.Pero generalmente tardan mucho tiempo en acudir a la consulta.

Esto indica claramente una enorme tendencia al ocultamiento o desconocimiento del tema por parte de los pacientes y de los médicos peor aún considerando que los nuevos tratamientos producen notable alivio sobre los síntomas, restableciendo la capacidad laboral del paciente.

Las características muy particulares hacen que el paciente lo viva con prejuicio y vergüenza, no contándole ni siquiera al médico su verdadero problema, cuando éste no alcanza a interpretarlo creyendo que se trata de una mala costumbre, una » manía » o algún maleficio oculto que debe ser consultado con alguno de los brujos de turno.

En otros casos el » yo soy así » justifica el cuadro, que persiste durante años arruinando la calidad de vida del paciente, restándole capacidad de concentración y trabajo y a veces sumiéndolo en interminables rituales que intentan controlar la situación.

En estudios recientes, se han descubierto mecanismos bioquímicos de desbalance en el funcionamiento del sistema nervioso central de éstos pacientes, quienes pueden ser muy bien compensados con un tratamiento adecuado llevado adelante por un especialista.
Lo importante, como siempre, es no ocultar el problema, no temer sacarlo a la luz y solucionarlo evitando los pensamientos sobre la insolubilidad del problema.

Hoy los tratamiento farmacológicos en primer lugar indicados por un médico especialista y luego la Terapia Cognitivo Comportamental permiten que el paciente reduzca su problema a punto tal que pueda llevar una buena calidad de vida. Y hasta en algunos casos la recuperación total.

Dr. Oscar R. Carrión

Testimonio. Mi primer ataque de pánico.

Testimonio. Mi primer ataque de pánico.

A los 25 años tuve mi primer ataque de pánico, vino repentinamente yo estaba en un colectivo sentí que se me aceleraba el corazón me transpiraban las manos, cada vez tenía más miedo y cada vez las sensaciones eran mas fuertes hasta que en un momento vi a la gente que allí se encontraba en foco pero yo me veía nublada con una sensación de debilidad.

Salí corriendo de la situación toque el timbre desesperada corrí dos cuadras sin saber a dónde iba, me subí a un taxi. Al llegar a mi casa me sentía como si me hubieran pegado, fue tal la lucha que tuve contra las sensaciones que me dolía todo el cuerpo.

A partir de esto evite viajar en colectivo solo lo hacia en remis. Hasta que otra vez apareció el fantasma del pánico y esta vez fue en un remis, tuve que evitar los remises.

Un día entre tantos retire mi beba de la guardería camine dos cuadras en forma normal, luego comenzaron las sensaciones; sudoración, taquicardia y la terrible idea de que me iba a morir en es instante. En un acto irracional salí corriendo con mi hija en brazos cruzando una avenida y dos calles sin respetar el tránsito poniendo en riesgo mi vida y la de mi hija .Creí que me estaba volviendo loca.
Estas sensaciones aparecían esporádicamente, con el tiempo aumento su periodicidad, hasta llegar a más de una vez por día. Quedaba muy cansada.

Deje de trabajar porque el pánico no avisaba y también se había metido en mi trabajo, no lograba concentrarme y en lo único que pensaba era como me iba a retirar, que estuviera mi compañera con la cual nos volvíamos caminando.
Ya no tenía un lugar específico, todos los lugares le venían bien, de hecho yo siempre estaba alerta, esperando que en cualquier momento pasara lo peor.

No colectivo, no remis, no taxi, no caminar sola por la calle, no poder llevar a mi hija a ningún lado ya que me era imposible salir sola a cualquier lado, esto no era vida, era depender todo el tiempo de alguien de confianza para poder llevar a mi hija al médico para salir al supermercado para ir al almacén, para comprar un regalo y si la persona de confianza no podía venir no se hacia nada de esto, cancelaba el turno con el médico, pedía comida delivery o iba a la fiesta sin regalo justificando que no había tenido tiempo.

Así viví 13 años, mi carácter había cambiado ya no reía, vivía de mal humor todo el tiempo y con mucha culpa por no poder darles a mis seres querido mis hijos, mi marido una vida normal.

Visite a un montón de profesionales desde el medico clínico, cardiólogo, (los cuales no me encontraban nada), psicólogos y por ultimo psiquiatra.

Me medicaban hablábamos de mi infancia de mis padres etc. Pero yo seguía sin poder salir de mi casa lo único que cambiaba era que tomaba ansiolíticos.

En marzo de este año 2005 concurrí con mi esposo a la fundación Fobia Club, con mucha desconfianza y muy enojada por la vida que me había tocado vivir. La primera pregunta que le hice al Dr. Bustamante fue me voy a curar?  a la cual el me respondió que si.

Sin mucha fe pero siguiendo los pasos que me indico, me realice los estudios. Cuando tuve todos los estudios fui a ver al Dr. Carrión quien los miro y me dijo que iba a andar bien en poco tiempo, por supuesto no le creí, esto lo venia padeciendo hace 13 años, pero le di para adelante acepte la medicación que el considero y realice la terapia de grupo.

Cuando llegue al grupo me encontré con un montón de gente que estaba como yo, que hablaban el mismo idioma, que me entendían. Fue maravilloso ver como los coordinadores nos integraban y nos exponían a todos los medios de transportes que hacia mucho tiempo que no utilizaba. Al tercer sábado del grupo me anime alentada por un coordinador y fui sola al encuentro tomándome el subte y luego el colectivo.

Fue el día mas grandioso de mi vida volvía a nacer podía moverme libremente era responsable de mi misma no necesité de nadie.

A partir de ese día y hasta la fecha volví a ser una persona independiente, volví a reír, a disfrutar de las pequeñas cosas y a valorar tantas otras. Volví a darle un sentido a mi vida volví a ser YO.

Ahora puedo salir de compras con mi hija, podemos compartir todo lo que antes delegaba a otra persona tanto sea el padre o un familiar, para que tuviera una vida social como cualquier chico. También llevo a mi hijo de 1 año y 9 meses a la plaza, al pelotero, cosas que con mi hija no pude.

Solo tengo palabras de agradecimiento para la Fundación Fobia Club por todo el apoyo que me dieron, por haberme hecho sentir segura para afrontar mi enfermedad, y por la seriedad y profesionalismo que trabajan para la pronta recuperación de cada uno de los pacientes.

G R A C I A S
Sandra Di Virgilio

Testimonio. Renacer después del pánico

Testimonio. Renacer después del pánico

Todo empezó a los 18 años, casi al finalizar la escuela secundaria. En medio de una clase, empecé a sentir sudoración en las manos, mareos, taquicardia; no entendía qué me estaba pasando. Me pasaron a buscar y al llegar a mi casa pensamos que había sido baja presión.

Pasó un tiempo y volví a tener los mismos síntomas de aquella vez, pero se fueron repitiendo varias veces a la semana.

No podía caminar sola, ni viajar en subte ni tren. Siempre pedía que me acompañaran por si me descomponía. Mi sensación era de muerte o miedo a volverme loca. No entendía qué me estaba pasando y daba excusas como baja presión o anemia, ya que pensaba que nadie iba a poder entenderme.

Me casé, algún tiempo anduve bien, hasta que volvieron los síntomas en un supermercado y me limité tanto que sólo iba a trabajar en remise o taxi, regresaba a mi casa muy agotada y me acostaba hasta el otro día. Tuve un hijo, durante el embarazo desaparecieron los síntomas pero al poco tiempo se repitieron.
Me privé de llevar a mi hijo a una plaza, shopping o caminar junto a él, esa función la tomó el padre y muchas veces mi madre.

Me sentía mal, frustrada por la impotencia de no ser una madre como las demás, de sentirme cuestionada por mi hijo y no saber qué decirle.
Me limité tanto que ya no iba ni a la esquina de mi casa a comprar, tenía que pedirle a otra persona, incluso a mi hijo, que lo hiciera.

Ante esta situación desesperante, recurrí a especialistas como cardiólogos, oftalmólogos, hematólogos, pero ninguno encontró alguna patología. Esto me hacía asustar y desesperar más, ya que no podía entender qué me sucedía.

Recurrí a ayudas sicológicas y psiquiátricas; durante algún tiempo mejoraba pero luego volvían los síntomas.

Un día una persona me comentó que había una fundación donde trabajaban sobre estos temas y otros más. Tardé un tiempo en decidirme, ya que había perdido toda esperanza de recuperación, hasta que fui a una charla abierta y me sentí totalmente identificada con las explicaciones de los profesionales y los testimonios de personas que habían padecido lo mismo que yo.

Inmediatamente, comencé a tratarme, me hicieron una serie de estudios médicos y sicológicos. Luego el Dr. Carrión me dio el diagnóstico, padecía agorafobia. Comencé a ir los sábados acompañada por un familiar o allegados a mí, a un bar donde se reunían personas en mi estado ahí fui ayudada por coordinadores quienes me exponían a lugares donde nunca hubiera podido ir sola. También hice una terapia de grupo con el Lic. Gustavo Bustamante que me benefició mucho.

Comencé mi tratamiento en mayo de 2005 y al mes ya me empecé a sentir mejor, más segura, ya no me acompañaba nadie al bar, iba al mismo y volvía de la exposición sola. Comencé a hacer este tipo de exposiciones en la semana totalmente sola, caminé por calles y avenidas, viajé en tren, subte y colectivo totalmente sola y sin miedos ni síntomas.

Actualmente, me siento otra persona, «renací» ya que, como si fuera una criatura, aprendí nuevamente a caminar por la calle, a viajar en cualquier medio, a ir a los supermercados, al banco, acompaño a mi hijo donde él necesite, etc. Ya no tomo taxis ni remises, sólo lo hago si estoy apurada o por motivos que nada tienen que ver con los miedos.

Estoy muy feliz, mejoré mi calidad de vida totalmente y hoy puedo decir que coordino grupos de personas que estaban como yo, en el mismo bar donde iba con muchas esperanzas de mejorar, siento que ese «fantasma» desapareció de mi vida, desperté de una larga «pesadilla» que duró desde los 18 a los 40 años.

Por último, no tengo palabras para agradecerle a cada miembro de la fundación, al Dr. Carrión, al Lic. Bustamante y al grupo de coordinadores. Todos lograron que despertara de ese mal sueño y ahora como coordinadora -formada por un curso dictado por los profesionales mencionados- trato de ayudar a personas que sufren lo que yo padecí.

Gracias a todo «El Fobia Club»!!!

Alicia Sodor.

Testimonio. Ansiedad. Pude, Puedo y Podré

Testimonio. Ansiedad. Pude, Puedo y Podré

Desde que tengo memoria lo mío es remar constantemente. Siempre fantaseando que las cosas iban a salir de una manera que después no pasaba, “todo iba a salir mal,  me iban a discriminar,  nadie me iba  a hablar, nadie me iba a querer”, pensado constantemente “soy la más fea de todas”.

La realidad nunca se me presentaba de esa manera, pero igualmente todo el tiempo mi cabeza no paraba de pensar en poner feas las cosas que no eran. Todo esto iba acompañado de síntomas físicos; (vómitos, llanto, dolor de panza, no querer comer algunos días, y por ende quedarme adentro de mi casa), lo que dificultaban aún mas mi adolescencia y mi estilo de vida.

Por suerte mamá escucho por los medios  al Dr. Carrión y al Dr. Bustamante sobre los síntomas de las fobias y yo encajaba en la mayoría, yo ya tenía 18 años, y en esa época recién se empezaba a hablar de ellas,  no estaba tan publicitado o no era conocido como hoy día. Obviamente fuimos a las charlas, me hice los estudios y empecé con las terapias de grupo. Paso a paso, fui superando o tratando de que el transcurso de mi vida no sea tannnn complicada en mi yo interior.

Si bien nunca dejé que las fobias me prohíban hacer las cosas que deseaba, el sufrimiento era mucho mientras empezaba un nuevo camino. Con el Fobia Club (y Gustavo mi Gurú) el cambio fue magnífico…entendí que nada era como mi cabeza pensaba o fantaseaba. Uno nunca deja de temer volver a caer, repetir síntomas que ya tuvo y demás, por eso mi forma de saber si era “normal o no” lo que me pasaba hacia unas “breves encuestas” a personas que habían pasado por mi nueva situación e iba catalogándome de “vas bien” jejjeje…una locura quizás, pero me ayudaba a ir mas tranquila y que la ansiedad disminuya.

El gran  primer cambio fue cuando me mudé sola, cerca de los 26 años, lejos de la casa de mis padres. Para mi fue como un salto a un cambio radical, y si bien me costó en un principio (pero según una encuesta que realicé en su momento, a todos le pasa lo mismo). Me la banqué y ya llevo 8 años viviendo sola y feliz de haber tomado esa decisión. Ahora, unos cuantos años después de mi primer gran paso, y  para terminar de cerrar mis fantasías me animé  a viajar a Sydney, Australia donde viven, una de mis mejores amigas y el marido. Aproveché para venir con ellos en el mismo avión ya que estuvieron en Buenos Aires, un mes con la familia. Ellos volvieron a la rutina laboral apenas llegamos y yo solita me largué a recorrer, ellos me daban las pautas de cómo viajar y yo salía. La Verdad los síntomas no volvieron ni cuando preparé la valija, ni cuando estuve 14 horas en el avión sin escala, ni tirada en la playa o yendo en Ferri, donde sólo se habla inglés y estoy paseando sola en una ciudad que está del otro lado de nuestro mundo. Puedo decir que soy y fui feliz en mis vacaciones cada día y cada hora, para seguir con las pruebas Qantas me canceló el regreso y aún no se cuando vuelvo, pero bue! Tendré que seguir paseando jejejeje.

Uno quizás cree que nunca va a poder sacarse los fantasmas y los miedos, pero hay que creer! Uno PUEDE, solo hay que seguir remando, obviamente rodearse de gente que lo ayude a uno, familia, amigos, profesionales. Yo estoy realmente agradecida porque mis seres queridos me apoyaron y me acompañaron siempre,  en todo momento. Y no puedo olvidarme del Fobia Club por haberme ayudado a entender que me pasaba y mostrarme el camino para superarme y que mi vida sea de disfrute y no de sufrimiento. Mi especial agradecimiento a  Gustavo, que es mi botón de alerta para cuando los miedos empiezan a aparecer y Siempre está para decirme….”el patito feo ya se fue, dale para adelante!”.  Y así hago cada día, yo por las dudas…la sigo remando.

ANSIEDAD GENERALIZADA

ANSIEDAD GENERALIZADA

Los  trastorno de  ansiedad, podrimos  decir que están entre nosotros  y  han venido para quedarse. Hoy haciendo estimaciones pensamos que estos trastornos  podrían ocurrirle  al 28 % de  la  población, según  las  últimas  estadísticas internacionales. Los grupos  mas  vulnerables  siguen siendo  los  jóvenes y mas  las  mujeres  sobre  los  hombres.

En las  estadísticas de la FUNDACION FOBIA CLUB  hemos observado que los grupos  más  vulnerables  son: los jóvenes  y  las  mujeres.

Ahora, ¿Cuáles  son las razones para que las personas que  sufren ansiedad desarrollen estos  trastornos?, la respuesta es compleja pero  podríamos ensayarla:  A) hay razones genéticas  y biológicas (el cerebro del ansioso esta  preparado para desarrollar ansiedad) ; B) razones psicológicas (estilos de personalidad controladores, sobreexigentes, sobreprotección infantil) y C) también todas  las razones sociales ( violencia, etc.)  lo llevan a  que  aparezcan dichos  síntomas  en dichos  momentos.

El trastorno de ansiedad generalizada o TAG, se presenta como una ansiedad y preocupación excesiva, sobre diversos temas: salud, trabajo, economía familiar, etc. con relación a una situación, eventos o a otras personas. Las personas que lo sufren están constantemente pensando y anticipándose negativamente a los hechos. Por ejemplo, se preocupan por posibles accidentes o desgracias que puede sufrir algún familiar, aunque el familiar no se encuentre en peligro o en riesgo.

Este tipo de miedo es crónico, es decir se mantiene en el tiempo y es por esto que la persona necesita tener constantes reaseguros a fin de poder bajar su nivel de ansiedad. Como por ejemplo llamar o hacer que lo llamen varias veces en el día los familiares para confirmarle que está bien y que nada malo le ha ocurrido. Este trastorno al mantenerse a lo largo de la vida suele confundirse con un tipo de personalidad «ansiosa» y de ahí que la persona llegue a consulta después de padecerlo mucho tiempo.

Lo sufre alrededor del 5 por ciento de la población en general, pasan varias horas en el día preocupados, a veces no pudiendo concentrarse en otras actividades tratando de poder confirmar o desconfiar sus teorías. Por lo general el poder imaginativo de los que sufren de esta patología es muy alto y muy rico, lamentablemente no muy variado.

La preocupación por  la  salud  es un tema muy recurrente, más  aún cuando la  persona  siente una serie de síntomas inespecíficos. Como: tensión motora (temblores, dolores musculares, inquietud, fatigabilidad), sensaciones corporales (ahogos, taquicardias, diarreas, nauseas, «nudo en la garganta» etc.) hipervigilancia, aprensión, dificultad para concentrarse, dificultades para dormir exageración en la respuesta de alarma.

Los pacientes más propensos para contraer esta enfermedad son aquellos que se encuentran afectados por enfermedades crónicas médicas asociadas con dolor.

En Europa (según, Stuart Montgomery, 2005), los costos directos anuales derivados de la atención médica por síntomas vinculados al dolor para el tratamiento de TAG se elevan a u$s 1.500 millones de dólares.

El dolor crónico influye y altera el entorno del individuo sobre todo en lo que respecta a sus relaciones sociales, laborales y familiares. Los  pacientes  con TAG señalan que sufren de Dolor Osteoarticular 61 % y Neuropatico 49%. En un estudio Soc. Esp. De Dolor, 2005, detectaron que el 47% de los pacientes con dolor crónico presentaban T. de  ansiedad 

No  siendo este  el  único síntoma relacionado, sino que también  los  síntomas gastrointestinales y  el  colon irritable se encuentran frecuentemente, se calcula que un 34 % de los  pacientes con colon irritable sufren de T. de Ansiedad (Lydiard 1993, Blanchard 1990)

La  mayoría de  las  consultas en Atención Primaria que están relacionadas a Dolor Crónico y TAG son por dolor del pecho (33%), dolor abdominal (31%), dolor de cabeza  (28%), o dolor articulares o de algún miembro (24%). Y que  en general no responden a los  tratamientos  tradicionales del dolor.

El impacto económico que  tiene  sobre los  pacientes es muy  importante,  ya  que se vio que  los  pacientes que tienen asociado  TAG y Dolor Crónico gastan en EEUU  4 veces  mas que  los pacientes  que  solo  tienen  dolor.

La realidad nos muestra que existe una disminución notable en la calidad de vida del paciente, pero no solo el se ve afectado él sino también sus familiares. Realmente no pueden disfrutar de las actividades cotidianas y viven limitando sus capacidades por el exceso de ansiedad.

El tratamiento del TAG es un tratamiento integral después de haber arribado a un buen diagnóstico utilizando todos los recursos técnicos.

 A partir de ahí comienza el tratamiento:  Por un lado, al recurso farmacológico, para así disminuir el exceso nocivo de ansiedad en el organismo, y por otro lado el tratamiento cognitivo comportamental para cambiar toda esta interpretación catastrófica que tiene de los eventos. Este tipo de tratamiento permitirá reducir los intensos síntomas corporales como así también disminuir las expectativas aprensivas de los pacientes.

¿Qué son los miedos?

¿Qué son los miedos?

El miedo es un sentimiento básico tanto en el ser humano como en todos los animales superiores.
Se trata de una reacción de defensa destinada a conservar la vida y que funciona a través del instinto de conservación.
De esta forma, se trata de un sentimiento normal que nos pone en guardia ante un peligro o un riesgo real.

La presencia de un animal agresivo, de una enfermedad que pueda poner en peligro la vida una situación desconocida, la pérdida de un afecto, de la seguridad de un trabajo puede generar temor o miedo a lo que pueda ocurrir en el futuro.

Sin duda el MIEDO desencadena una reacción de ansiedad. Ante el temor agudo, el organismo se prepara para huir o pelear. El corazón de acelera, aparece sudoración los músculos se tensan, hasta el pelo se eriza.

Estos mecanismos, repetimos, son normales y provienen de circuitos evolutivos que heredamos de nuestros antepasados y que en muchos casos aún nos son útiles.
Pero ocurre que los seres humanos no estamos igualmente dotados o provistos por igual de los mecanismos que manejan el miedo y la ansiedad.

Hay un grupo importante de personas, aproximadamente el 30 % que se encuentran predispuestos a sufrir algún tipo de miedos o sea Trastornos de Ansiedad.

En estos casos, dichos individuos pueden sufrir espontaneamente de ataques o crisis de temor. El organismo actúa como si un peligro o riesgo real estuviera acechando. Suena entonces la alarma. Se desencadena el proceso de la ansiedad.

El sujeto sufre entonces una crisis de pánico, su pecho se oprime, el corazón se acelera, hay temblor y sudoración.La alarma ha sonado pero en realidad nuingún peligro real acechaba.El organismo del sujeto actúo como si un riesgo de sofocación hubiese estado presente. Una falsa alrma.

En otros casos, la crisis, el miedo es desencadenado por la presencia de otro ser humano. El solo hecho de tener que hablar delante de gente, exponer, verse o sentirse observado, desencadena el ataque.

Otras veces, los miedos son producidos por insectos, animales pequeños (ratones, ratas arañas, pichones ) o animales grandes ( perros, gatos, caballos ) situaciones especiales, altura.

Otros temores comunes son a quedar encerrados sin poder escapar lo que provoca que el sujeto no suba a un ascensor hermético, no se haga una resonancia magnética, tema viajar en un colectivo de larga distancia que cierra sus puertas y lo que es lógico, tema subirse a un avión donde no sería recomendable bajarse a mitad de camino.

Hay otras personas que, genéticamente sufren un estado de ansiedad general. Siempre están temiendo una desgracia, su pensamiento automático es negativo, siempre esperan que ocurra algo malo. Temen a todo.

Los miedos son entonces, normales. Cuando son irracionales o desproporcionados al objeto que los provoca, se denominan fobias.

En las fobias, los temores pueden ser provocada, por causas externas, como ocurre con las fobias específicas (se llaman así a los temores a cualquier objeto del mundo exterior) o con la fobia social, o de adentro como en el pánico o la agorafobia.

Lo importante es que todos los miedos patológicos o anormales pueden y deben ser tratados. Casi todos tienen solución y son el producto de una enfermedad, de un trastorno y no el producto de un hecho del mundo exterior.

El problema depende más de la constitución y personalidad del sujeto que del objeto que presumiblemente lo produce.

Dr. Oscar R. Carrión