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Pacheco de Melo 1827, P.5º

C.A.B.A. | Argentina

Testimonio de Gisela

Soy Gisela, tuve ansiedad social desde los 12. Al iniciar el secundario distintos hechos sociales comenzaron a resultarme insoportables, como hablar delante de un grupo de gente, hacer compras, hacer trámites, asistir a reuniones de amigos o familiares, preguntar algo en la calle, hablar con desconocidos, hasta entrar o estar en lugares con gente porque sentía la mirada de todos encima mío.

Mi vida social se empobrecía cada día y la desilusión incrementaba con los años porque intenté más allá de los síntomas (dolores de estómago, mareos, al tener que hablar sentía sequedad en la boca, me quedaba en blanco, inquietud y sensación de ahogo) incluirme y probar relacionarme con la gente pero todo resultaba peor, se acentuaban pensamientos como no soy interesante, soy aburrida, no encajo con nadie, soy diferente, no voy a poder cambiar nunca.

Terminé el secundario y creí que empezar la facultad iba a ser diferente pero no fue así. Cada vez me costaba mas asistir a clases, salir a la calle y la angustia pudo más. En noviembre del 2002 algo muy dentro mío dijo basta y me encerré, quedé atrapada en una profunda depresión por unos cuantos meses. Empecé terapia, fui saliendo del estado de angustia pero no mejoraba en lo que me habían diagnosticado: fobia social.

Al cabo de 2 años abandoné pero mi familia al verme mal me sugirió ir al Fobia Club, así que fuimos a la charla y escuché exactamente la descripción de lo que me estaba pasando.

Tuve una primera entrevista con el Lic. Bustamante, comencé una batería de estudios y por último la consulta con el Dr. Carrión quien me indicó la medicación y el paso a seguir: el grupo de TAS.

Si bien la idea de ingresar al grupo me resultó intimidante, ya lo había decidido, iba a salir adelante por mi y por mi familia, así que empecé el grupo de los martes

Me encontré con chicos de mi edad con los que inmediatamente me sentí identificada, comprendida y apoyada. Realizamos actividades que nos enfrentan gradualmente situaciones ansiógenas que me permitieron modificar ciertos pensamientos negativos y poder elevar mi autoestima.

También las exposiciones in vivo, me sirvieron para probar habilidades sociales como sortear con el absurdo o el ridículo como también el rechazo. De a poco fui descubriendo en mi cualidades que pensé que no tenía y recuperé manejos sociales que creía perdidos. En la actualidad, mis objetivos se cumplieron, logré una mayor independencia, puedo manejar mis cosas y no necesito que nadie las haga por mi, retomé mis estudios, tengo proyectos y sobre todo recuperé las ganas de vivir.

Todo lo logrado no hubiese sido posible sin mi querido grupo de los martes, mis compañeros me han ayudado a valorar mis logros cuando me costaba reconocerlos y así seguir adelante, me han hecho sentir respetada y acompañada en este camino de desafíos y recuperación. También necesito agradecerle a Valeria su calidez, firmeza y compromiso porque me ha guiado, me ha contenido y me ha hecho sentir segura a pesar de mi ansiedad, pude cumplir con lo que se pedía porque sabía que ella estaba ahí cerca. Pasé por diferentes etapas durante el tratamiento pero nunca me sentí sola ya que fueron un gran soporte, además de Valeria y el grupo, el lic. Bustamante y la lic. Maria quienes han estado en distintos de mis momentos.

Realmente, hoy me siento confiada y fuerte para poder enfrentar la vida de otra manera, no le temo a las dificultades ni a los síntomas de ansiedad aunque aparezcan cada tanto o sigan ahí algunos, porque ya no soy la misma, la que no encontraba salida y se sentía a la deriva, porque además de la seguridad que me da mi mejoría, ciertamente se que la gente del Fobia esta ahí para cuando necesito una palabra de apoyo, un reto o un gesto de cariño. Deseo profundamente que quienes padecen este trastorno no dejen que la ansiedad paralice sus vidas porque puedo asegurar que de esto se sale con paciencia, constancia, esfuerzo y la guía de gente que sabe lo que hace. No hay que dejarse estar, la felicidad esta en nuestras manos y merecemos una vida plena.

Mayo de 2006